Las panquecas (la castellanización de pancakes) son uno de los elementos que se presentan (o presentaban) en la mesa del venezolano en cada desayuno. Consistían en la más deliciosa combinación de harina de trigo, azúcar, sal, huevo, leche, vainilla, canela (u otros sabores como chocolate) y un poco de agua, batido todo junto para ir directamente al sartén hasta que se doraran por ambos lados, para ser servidos con mantequilla, queso, jamón, jarabe, miel o cualquier cosa que nos pudiéramos imaginar. Lamentablemente, hoy en día esa perfecta combinación de sabores es casi imposible de crear de nuevo, pues si tenemos harina de trigo, no tenemos huevo, o leche, y esto cambia drásticamente el sabor de las panquecas.
Sin embargo, mis hermanas y yo nos hemos visto en la necesidad de cambiar un poco la receta y sustraer elementos que no tengamos en ese momento; por ejemplo, lo primero que empezamos a hacer fue quitar el huevo, ya no lo colocábamos pues nos parecía que era un desperdicio colocar un huevo que luego podría ser utilizado en algo diferente y no cambio mucho la consistencia de la mezcla. Luego fue la leche, que ahora sólo colocábamos agua porque no teníamos para agregar, entonces llego la mala suerte de no tener azúcar por ello buscamos otras cosas como mermelada o papelón para endulzar. Y así sucesivamente hasta que llegamos al punto en que solo teníamos agua y harina de trigo y era lo único que echábamos en el sartén, ciertamente si no hay harina de trigo no podremos realizar las paquecas pero, si por otro lado es lo único que tenemos, entonces es suficiente para realizar la siguiente receta.
Todo esto se basa en el sabor, agregar algo que pueda aportar sabor a una mezcla que por otro lado seria simple (digamos el horrible pan del distrito 12 que mi hermana hace todo el tiempo – referencia a los juegos del hambre). La primera vez que vi algo parecido fue cuando mi amiga Ana en su blog -> Té con Té, coloco el video preparando unas panquecas rellenas con mermelada de fresa; fue algo que probé al instante y que me encanto, aunque yo lo hice con mermelada de mora, aún así el sabor es extraordinario. Por ello, pensé que sería genial hacer lo mismo pero con otros elementos como el queso.
Si bien el queso es un poco costoso, no necesariamente hay que colocarle todo un kilo del queso de nuestra preferencia, más bien esto es algo aún mejor porque necesitaríamos quesos duros y salados para una mezcla de solo harina y agua para dar sabor, y dado que esos quesos son más baratos en otros de consistencia suaves, es perfecto. Además, el hecho de que sea salado permite que solo sea un pequeño pedazo de queso para hacerlo bien. Y aquí vamos a con la receta:
Ingredientes:
Original:
- 1 ½ taza de harina de trigo
- 2 tazas de leche
- 1 huevo
- 3 cucharadas de azúcar (menos si eres diabético o utiliza una especial para tu condición)
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de vainilla
- Canela al gusto
- Algo para el relleno como queso, mermelada, trozos de chocolate, fruta o lo que quieras.
Adaptado:
- Puedes quitarle todo excepto (por supuesto) la harina de trigo.
- Relleno
Proceso:
Colocar todos los ingredientes de la masa en una licuadora y mezclar, o bien puedes hacerlo a mano en un bol con un batidor. En un sartén caliente y engrasado agrega un poco de la masa y deja que se cuaje un poco, luego agrega un poco del relleno y un poco más para que lo tape. Deja que cocine hasta que se formen burbujitas de aire o huequitos en la paqueca y entonces voltea para que se cocine por el otro lado. Déjalo por alrededor de un minuto más y retira del fuego. Y listo. A comer.
Disclaimer: No es mi fotografía pero ¿a qué no se ve súper deliciosos?
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