Recuerdo tres veces claramente (o dentro de lo que cabe).
La primera vez que me paso acababan de sacarme sangre para los exámenes rutinarios y yo descansaba en una de las sillas de la sala de espera. Nunca antes me había pasado, desde que era una bebe nunca me había asustado por ello, nunca lloraba, incluso veía todo el proceso desde que la enfermera introducía la aguja en mi piel y la sangre corría por el contenedor de la jeringa, hasta que las traspasaban a uno de los tubos, esa vez fue diferente. Por supuesto, siempre me mareaba un poco pero luego se me pasaba, sin embargo, en esa ocasión sólo recuerdo estar sentada en la silla, cerrar mis ojos y luego despertar abruptamente en una camilla con un montón de personas a mí alrededor y mi madre llorando.
Revista Medicina
Todos se asustaron porque me deslice con los ojos cerrados a un lado y, mi madre me llamaba y yo no podía contestarle. Ella dice que empecé a contorsionarme, doblando mis bazos y llevándolos hacia tras, mientras que mi cara fue lo que más le dio miedo, ya que mi expresión parecía algo bastante espantoso. Igualmente, que las enfermeras se apresuraron para ayudarme y no podrían encontrarme la tensión.
Al despertar, yo estaba asustada; pueden imaginar que despertar y encontrarme en un lugar diferente de donde había estado unos momentos antes sin saber cómo había llegado allí fue aterrador, además de ver a mi madre llorando desconsoladamente sobre mí, y tener a todo un grupo de personas chequeándome no fue nada lindo. Los profesionales de la salud me mantuvieron en la camilla con suero por alrededor de una hora y media o una hora (difícil saber el tiempo ya que no tenia reloj). Nunca olvidare lo que una de las enfermeras le dijo a mi madre: “menos mal que estaban aún dentro de la clínica, si le hubiera pasado a fuera nadie te hubiese creído”… yo estaba bien, y ellos no podían encontrar que me había pasado.
Tiempo después (no estoy segura si ya me habían dado un diagnostico) me volvió a pasar, durante este tiempo me había pasado otras veces, pero esta es la siguiente que recuerdo bien. Resulta que mi hermana y yo habíamos peleado sobre el control del televisor de nuestro cuarto, y pues, lo habíamos partido en dos. Mis padres para castigarnos nos dejaron sin control, así que debíamos pararnos y pasar de canal desde el propio televisor.
Yo estaba acostada en mi cama y el televisor está en lo alto de la pared opuesta, ya me había levantado como tres veces antes y, aunque me mareaba un poco, nada había pasado. Entonces, voy hacia él de nuevo y sólo recuerdo subir mi mano hacia los botones, cuando mi madre escucha el sonido desde la cocina de mi caída y el golpe que me di con la cornisa de mi cama. Al despertar abruptamente, como siempre, me dolían mis brazos porque trataron de llevármelos hacia delante de nuevo, al igual que mi cabeza por habérmela golpeado con mi cama.
Tiempo después sucede otro episodio que recuerdo muy bien, en esa oportunidad me encontraba sentada al frente de la PC de mi casa y para ese entonces la PC estaba en el cuarto de mis padres. Como primerizos en esto del Internet, mi madre entro cuando mi hermana y yo estábamos en el cuarto, y empezó a contar algo que le había enviado por correo (sabes de esos que te dicen a una chica en Brasil le paso esto – ten cuidado). Sin embargo, mi mamá se paso un poco de la raya y pues, creo que por el hecho de que nunca había pasado antes y no sabíamos que me podría afectar, ella relato con lujos y detalles lo que le hicieron a la chica mientras yo me encontraba allí.
Sitios Argentina
Yo trataba de no escuchar y me puse a hacer cosas en la computadora pero nunca he podido desentenderme de las cosas que están diciendo a mí alrededor, yo siempre tengo que prestar atención, y lo peor de todo es que SIEMPRE debo imaginarme lo que estoy escuchando en mi cabeza. Y de nuevo pueden adivinar que me desmaye, y que tampoco recuerdo nada, sólo que estaba viendo la pantalla de la PC y luego estoy acostada en la cama de mis padres con mi familia a mí alrededor. Desde entonces en mi casa no se habla de cosas macabras en frente de mi, y yo trato en lo posible de no ver, escuchar o leer sobre cosas que involucren dolor, sangre o método de tortura que pueda recibir un ser humano.
Esa fue la primera vez que mi madre debe meterme algo en la boca porque mi mandíbula estaba tan apretada que creía que podía cortar mi propia lengua. Lo más espeluznante de esto es que cuando tenía los episodios mi tensión no podía ser encontrada, algo que sólo ocurre cuando alguien está muerto, pero cuando despertaba todo estaba normal. Y algo que tienen en común todos estos episodios es que permanezco cansada por mucho tiempo, parezco como si estuviera ida, a veces no presto atención a lo que me dicen y no tengo ganas de hacer nada.
Desde que comenzó me hicieron un montón de pruebas para determinar que me pasaba, encefalogramas, dos pruebas más del cerebro que no recuerdo su nombre, un sinfín de pruebas de sangre (que podrán imaginar no fueron precisamente las más relajadas experiencias), y otras cosas más. Cuando los resultados con el neurólogo fueron normales me remitió a un cardiólogo, ya que sólo podía pensar que tenía un problema con el corazón (¡terror!).
Dicasdesaude
Y así fue, antes de entrar a la oficina del doctor me realizaron un electrocardiograma que resulto bien. Cuando el doctor me está revisando, sólo necesita tomarme la tensión acostada, sentada y parada para decirme que es lo que estoy padeciendo. La última pista del enigma fue que mi tención es diferente durante esto tres estados, y por tanto arroja que padezco de
Sincope cardogenico vasovagal.
Esto significa es que todos los seres humanos tienen ramificaciones en la arteria Orta las cuales se contraen para la sangre no se vaya a los pies totalmente, sin embargo, para las personas que sufren de sincope vasovagal, estas ramificaciones no funcionan como es debido, y por tanto, el cerebro se queda con poca sangre lo que produce el desmayo. Por un tiempo, yo fui de esas personas que le daba seguido, esto afecto mi rendimiento en la escuela, mi concentración y de cierta manera hasta mi forma de vivir. Yo quería ser médico forense, pero tuve que cambiar de perspectiva cuando todo esto comenzó, ya que definitivamente, no podía estar cerca de ese tipo de cosas.
Una parte morbosa de mí siempre se pregunto cómo lucia durante esos lapsus, ya que mi familia se asustaba cuando ocurrían y decía que mi expresión era grotesca. Otra parte se alegra de nunca tener que verlo porque si ya de por sí me asusta cuando me ocurre, no creo que pueda estar bien mirar como posiblemente luzca de muerta ¿no? Además,
mi familia está más pendiente de asistirme que de tomarme una foto mientras estoy desmayada.
Afortunadamente, el doctor me dijo que, por lo general, después de cumplir los 21 años las personas dejaban de padecer de la enfermedad; claro que para otros no ocurre así y viven con ella toda su vida. Ya tengo los 21 y llevo padeciendo con ella desde los 11 años, diez años con esto no es un juego. Y puede que para muchos esto no sea una gran enfermedad como padecen otras personas, por supuesto que no lo es, y sin embargo, para mi es importante.
Ser y Humano
Cada vez que esto me pasa las sensaciones que ocurren antes de desvanecerme son horribles, pero la que menos me gusta es la que me siento débil y mi cuerpo se vuelve pesado que podría jurar que hasta siento como la sangra cae hacia la parte baja de mi cuerpo. Pero el despertar es lo peor, no sé si es por el trauma de la primera vez, si es porque sé lo que me va a pasar o si es algo normal de todos los que sufren de esto. El sentirme pérdida con el cuerpo está débil y la mente sin funcionar correctamente, es un susto, estoy asustada cada vez que despierto.
Nunca había hablado de esto antes, de cómo me hace sentir y que me pasa después, pero espero que esto sea, para otras personas que sufren de esto y están comenzando, un sistema de apoyo. Lo importante, y lo que he aprendido a lo largo de estos años, es que sin importar que enfermedad se padezca debemos sobrevivir con ello y ver la cosas desde un ángulo diferente. Hay que aceptarlo, y dejarlo ir, y entonces se podrá vivir con cualquier cosa.
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